El día a día en la casita de las hadas
- El niño llega a casa acompañado por su padre, su madre o ambos.
- Debe existir un tiempo de adaptación para facilitar al niño la nueva
relación, añadiendo cada día, y sin prisa, novedades hasta que se encuentre
seguro.
- Les dejo primero tiempo para el juego libre. El juego espontáneo tiene un
valor esencial para su desarrollo. También ha de ser una fuente de placer, y
siempre apoyando la propia actividad del niño.
- Iremos alternando lo expansivo y la concentración.
- Lectura de cuentos, música, manualidades (jugar y crear con las manos) teatro, cantar, bailar, cocinar, todo lo que
fomente su capacidad sensorial.
- La cocina es una fuente de estímulos y descubrimientos. Los niños tendrán la oportunidad de descubrir texturas, colores, distintos olores y sabores a través de la elaboración de sencillas recetas ( panes, bizcochos, galletas ). Todo ello acompañado de una gran comunicación verbal y gestual.
- El niño necesita conocer el mundo a través de los sentidos y de la
experiencia.
- Cuando empieza a calentar el sol saldremos al jardín, y jugaremos con la
arena, los columpios, cuidaremos también nuestro huerto.
- Podremos ir al parque, recogeremos hojas, tocaremos la tierra, oleremos las
flores, sentiremos la naturaleza.
- Una buena oxigenación preserva al niño de la enfermedad. Su sistema
inmunológico se fortalece.
- Volvemos a casa y nos lavamos las manos. Sin prisas, preparamos la mesa, y disfrutamos de una buena comida casera, saboreándola tranquilamente. Damos gracias por ello.
- Escuchamos un poco de poesía y llega la hora de la siesta.
- Nos desperezamos y merendamos.
- Al poco tiempo llegarán mamá o papá y nos despediremos todos hasta mañana.
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